Agua para Guanajuato, el siguiente paso.

En agosto del 2021 tras la decisión del entonces Presidente de México de negar el legítimo derecho de los leoneses de recibir agua de la presa el Zapotillo, el Gobernador de Guanajuato instruyó a la CEAG a encontrar alternativas de abastecimiento de agua.
Al interior de la CEAG se trabajó para contar con una propuesta viable, se desenterraron proyectos y se platicó con los involucrados, es ahí donde surge la propuesta de retomar un viejo proyecto de traer agua de la Presa Solís, pero ahora no solo para León sino para el corredor bajío. Esta propuesta, nace directamente de los usuarios del Distrito de Riego 011 (DR011), quienes con un gran compromiso ciudadano estaban dispuestos a ceder el agua recuperada de la tecnificación del riego. Se presentó el proyecto a la CONAGUA, pero en su óptica se consideraba solo invertir en la red mayor y menor sin considerar las parcelas de los agricultores, situación que no fue acepta ya que es en las parcelas donde realmente resultan beneficiados los usuarios con la tecnificación del riego. Este diferendo llevó múltiples reuniones hasta que se acordó la propuesta presentada por Guanajuato que va más allá de la tecnificación y de un “simple” acueducto, así nació Agua Sí para Guanajuato, una nueva visión en la gestión del agua para la sustentabilidad hídrica.
El tema más importante que se enfrentó fue cambiar viejos paradigmas, pasando de una visión lineal donde solo se privilegia tener más fuentes de abastecimiento a una gestión sustentable con enfoque sistémico. Este cambio de visión se trabajó con los sistemas de agua municipales, con los usuarios agrícolas y hasta con en el propio gobierno federal. El cambio de esta visión implicó compartirla y ponerla en práctica, situación que podemos apreciar de manera plausible en los informes de gestión del SAPAL 2019-2022 al 2022-2025, donde el enfoque sistémico es evidente y el reuso del agua regenerada pasó a ser en su plan estratégico una de las fuentes de abastecimiento más importantes.
Sin duda la firma del Convenio de Colaboración para la tecnificación del DR011 es un gran logro de los usuarios encabezados por el incansable Don Agustín Robles Montenegro, guanajuatense comprometido con su gremio y con las causas sociales, también del gobierno de Guanajuato que encabeza la Gobernadora Libia Denis García Muñoz Ledo y del gobierno federal dirigido por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
La firma marca el inicio de un arduo trabajo por realizar para la tecnificación del riego en el DR011 pero esto es solo el principio, no se puede considerar que este hecho por sí mismo traerá para Guanajuato abundancia y sostenibilidad hídrica. Se requiere de un plan de trabajo con enfoque sistémico que describa las acciones a realizar: incremento sustantivo en la eficiencia, reutilización de agua regenerada, regulación de uso del agua en los acuíferos, regeneración del ciclo hidrológico y mejorar la gobernanza, solo por mencionar los más importantes. El Water Plan 2050 realizado en la CEAG describe estas acciones señaladas.
Como referencia de lo que representa en términos numéricos el convenio suscrito que sin duda es un buen inicio pero en el estado existen más de 400,000 hectáreas de riego por tecnificar y el convenio solo beneficia 10,200 hectáreas lo que representa tan solo el 2.55% de la superficie.
Debemos ser conscientes que el trabajo que viene es monumental para lograr la sustentabilidad hídrica y satisfacer las necesidades de agua de los diferentes usuarios en el presente y futuro, de que sirve que los agricultores cedan 120 millones de metros cúbicos anuales para agua potable si en las redes se desperdicia el 50%. Se requiere de la participación decidida de los municipios y de sus sistemas de agua, así como del apoyo financiero del estado y de la federación.
Para dar continuidad a este magno proyecto es necesario conformar un equipo de ciudadanos comprometidos y de especialistas en la gestión del agua que den seguimiento puntual al proyecto de Agua para Guanajuato y se logren los objetivos en un contexto de desarrollo sostenible, considerando al agua por su valor social, económico y ambiental.
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